Halasana es una postura que se suele incluir dentro de la categoría de posturas invertidas, aunque también forma parte de las posturas de flexión de columna. Suele practicarse en combinación con Sarvangasana, ya sea antes o después. Al igual que la postura sobre los hombros, Halasana está presente en los distintos estilos de yoga, ya deriven del Hatha Yoga o del Ashtanga yoga y el Vinyasa.
La postura del arado es un asana muy beneficiosa para todo el sistema nervioso. Además, estimula, tonifica y masajea los órganos abdominales, mientras que proporciona un estiramiento profundo de la zona cervical. Los hombros y la espalda se liberan de cualquier tensión existente y la columna puede estirarse completamente.
Beneficios de Halasana
Halasana proporciona todos los beneficios de las posturas invertidas y de las posturas de flexión de columna. Esta postura estira, fortalece y relaja el cuerpo por completo. Al ser una flexión de columna, nos ayuda a flexibilizarla y a tonificar los nervios espinales. También contribuye a fortalecer la faja abdominal y a estimular el flujo sanguíneo.
A un nivel más sutil, la postura del arado intensifica la actividad de vishuddhi chakra. Es un asana que permite estimular el sistema nervioso parasimpático ayudando así a desarrollar la calma y la relajación. Por tanto, Halasana nos invita a un estado más meditativo y de interiorización.
Técnica para principiantes
Para realizar la postura del arado hay que seguir unos pasos básicos que nos ayudarán a entrar en ella fácil y cómodamente. Podemos entrar en Halasana desde Sarvangasana o bien desde Savasana.
- Partimos de una posición tumbados boca arriba sobre la esterilla con las piernas estiradas y juntas y los brazos extendidos. Tomamos aquí unas respiraciones que nos ayuden a conectar con el cuerpo y sentirlo presente.
- A continuación, inhalamos y elevamos las piernas estiradas formando un ángulo de 90º con respecto al suelo.
- Al exhalar, con un impulso elevamos las caderas y las nalgas del suelo, llevando las piernas hacia atrás por encima de la cabeza para que la punta de los pies se apoye en el suelo. Puedes mantener las rodillas ligeramente dobladas al principio hasta que asientes la base de la postura.
- Observa que en Halasana queremos dejar apoyados en el suelo únicamente los hombros, la parte posterior de los brazos hasta los codos, la cabeza y la punta de los pies.
- Llevamos las manos al centro de la espalda para que pueda alargarse la columna.
- Una vez nos encontramos estables sobre la base de la postura, vamos estirando lentamente las piernas a la vez que empujamos suavemente con los talones hacia atrás.
En el caso de que desees entrar en Halasana desde Sarvangasana, puedes hacerlo siguiendo estos pasos:
- Sin modificar la base de tu postura, flexionamos las rodillas hacia la cara con mucho control.
- Estiramos las piernas hacia atrás, buscando con los pies el suelo.
- Si llegamos al suelo, apoyamos los dedos de los pies para empujar el suelo y estirar completamente las piernas.
- Dirigimos los talones hacia atrás para activar las piernas y elevar las caderas hacia el techo.
Si eres principiante o llevas poco tiempo de práctica, puedes mantener Halasana unos pocos segundos mientras observas tu respiración. Poco a poco notarás que podrás mantener más tiempo tu postura del arado. Si se practica la postura del arado dentro de la clase junto a Sarvangasana, se suele mantener Halasana entre 1 y 3 minutos con la práctica.
Detalles importantes en Halasana
Cuando hayas creado la base de la postura, intenta que los codos y los omóplatos estén lo más cerca posible entre sí. De esta manera, tendrás una base más estable que te permitirá mantener el pecho abierto y crear espacios en tu postura.
Si notas mucha compresión en el cuello y/o en la garganta, coloca una o varias mantas bajo los hombros antes de entrar en Halasana. Esto te permitirá dar espacio al cuello y realizar la postura del arado mucho más orgánicamente.
En el caso de que tus pies no lleguen al suelo, puedes colocar un taco, una manta, un cojín o una silla para que puedas trabajar el estiramiento de la espalda y de las piernas. Poco a poco verás que te vas acercando al suelo.
Cuando llegas cómodamente con los pies al suelo y la columna sigue alargada, puedes retirar tus manos de la espalda y entrelazar las manos apoyándolas en el suelo.
Halasana para alumnos avanzados
Si llevas más tiempo de práctica y sientes que conoces bien la postura del arado, puedes probar distintas alternativas para seguir avanzando en tu sadhana.
- Puedes probar a realizar Halasana elevando los brazos hacia el cielo mientras mantienes todas las demás acciones o bien llevar las manos a tocar los pies.
- Una vez estable en la postura del arado, puedes separar las piernas como en Upavistha Konasana y enlazar Halasana con Supta Konasana.
- Otra opción es pasar de Halasana a Karnapidasana unas respiraciones y luego volver a la postura del arado.
Un paso más hacia Halasana
Una manera de profundizar en los detalles de la postura del arado es dar un paso más en tu práctica y formarte como instructor/a de yoga. Puedes aprovechar a unirte a la comunidad de Yoga Evolution School en la nueva convocatoria online que comienza en octubre de 2021 o bien con la convocatoria presencial de comienzos de 2022. Nuestra formación, avalada por la Asociación Internacional Yoga Alliance, puede ser el primer paso hacia un cambio de rumbo en tu senda yogui.